El Lounge
Mundo a parte es el Lounge de Patio Yungay,
el que con una decoración minimalista y materiales en bruto, son
solo sus luces cuales luciérnagas de la noche las que crean el ambiente
de este espacio en que se dan cita privada y exclusiva los más sofisticados
eventos de la noche santiaguina.
“Empecé este proyecto el año del devastador terremoto de Febrero
del 2010 y no con muy buen ánimo debido al desastre nacional y a
la destrucción de nuestra antigua casa familiar (monumento histórico)
de Hacienda Alhué y quise entonces demostrar que con muy poco y
solo con materiales comunes se podía crear un lugar mágico y único…y
lo logré”, cuenta su propietario.
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Solo con reservas se
realizan en este lugar cenas privadas, celebraciones, inauguraciones
etc. con una oferta gastronómica inigualable propuesta por nuestro
chef Stephan Bonnet en forma exclusiva
para el Lounge de Patio Yungay
Nuestra Cocina en Patio Yungay
“No hay amor más sincero que el amor a la comida”
decía George Bernard Shaw y es justamente con mucho amor que cocinamos
para Ud. porque además, la cocina nos nace del alma.
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Francisco nos describe su cocina
como “gourmande” (golosa), sabrosa, intuitiva y generosa.
La inspiración de los Menú nacen
cada día o cada noche según nuestros frescos productos de
mercado y también pequeños antojos.
Para nuestra cena familiar de esta última
Navidad, por ejemplo, me inspiré un poco con lo que tenía
y dejando el tradicional pavo para el día 25.
En nuestro pequeño patio iluminado solo por cálidas velas,
un fresco Champagne Brut le daba la bienvenida a
la familia acompañado por brochettes de dulces y
aromáticos melones envueltos en finas lonjas de jamón serrano.
Luego, impacientes todos, pasamos a sentarnos al Lounge
en que contrastaban con su ecléctica y moderna
decoración los platos de porcelana inglesa y las rojas copas
de cristal. |
De entrada, sorprendí
con el famoso plato peruano “la causa limeña”
con todos sus ingredientes autóctonos comprados directamente
a nuestros vecinos peruanos, rellena con ave y camarón del
Ecuador y los “mil” ingredientes de esta histórica receta.
Una delicia para el verano y modestia aparte, la mejor que
he comido.
De fondo, lo que me había traído
mi padre del campo: una liebre que la cociné por largas 3
horas en un buen merlot y abundante tocino, champiñones
y aceitunas del norte, que quedó impresionante y que fue devorada
hasta por los más escépticos.
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Para dar en el gusto a mi madre,
un par de patos de campo criados solo con granos y hierbas silvestres,
horneados con maduros damascos y nísperos los que le daban la
acidez que buscaba logrando además un perfecto equilibrio del
agridulce… y todo acompañado con un suave arroz al
cilantro. No quedó nada ! |
A estas alturas e imaginando
que los apetitos ya habían partido, no quedaba más que recordar
a Grimod de la Reyniere, el que sabiamente decía : “el
postre tiene que ser espectacular, porque llega cuando el
gourmet ya no tiene hambre” y entonces… ”nace” y hace
su entrada triunfal , la Torta Patio Yungay.
Voluptuosa y casi grotesca, me hacia recordar a Madame
de Pompadour. Con posibilidad de infinitos ingredientes
pero que para esta ocasión escogí los frutos rojos como frutillas,
frambuesas y arándanos los que desbordaban la fuente y que
perdidos en grandes cantidades de fresca crema chantilly y
blanco merengue, se refrescaban en su interior en un cremoso
y envolvente helado de chirimoya…….y todo “montado” solo 5
minutos antes de ser presentada a la corte, voilà le secret
! En solo instantes, este maravilloso postre formaba
parte ya de un dulce recuerdo.
Bueno, esta es una pequeña muestra de lo que puede ser nuestra
cocina del alma y del corazón.
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